¿La curiosidad es un hábito creativo?
Esta pregunta me surgió cuando fui invitada a participar como experta en un curso sobre la curiosidad, propuesto por la plataforma europea GoodHabitz. Esta plataforma se dedica a crear cultura de aprendizaje en empresas, a partir de ocho áreas de crecimiento diferentes, entre ellas se encuentra el desarrollo del pensamiento creativo. Como me dedico a esta temática, acepté encantada y me quedé pensando: ¿La curiosidad es un hábito creativo? Para contestar a esta pregunta empecé a reflexionar sobre forma más amplia. Por ejemplo, estoy de acuerdo con Alberto Manguel en su Historia Natural de la Curiosidad, cuando afirma que es importante sentir curiosidad por la curiosidad. Por esto, la curiosidad me interesa desde hace muchos años y por esto investigo, escribo, doy cursos sobre esta temática, etc. Y por esto también me hice esta pregunta.
¿Qué es ser curioso?
Como afirmé en la página 49 de mi libro Pedagogía Atrevida: Ser curioso es ver la vida como si fuera una continua aventura epistemológica, es mantener el interés por conocerlo todo del entorno, del mundo, de uno mismo. Una persona curiosa pregunta, investiga, va más allá de lo preestablecido y aceptado como verdad. Leonardo da Vinci fue un ejemplo de persona curiosa que planteó diferentes preguntas que le llevaron a inventos muy adelantados para su época. Hay numerosos ejemplos, como el diseño que hizo de un submarino, de un traje de buceo, de un paracaídas, de una máquina voladora, de una bicicleta, etc.
La curiosidad puede ser un hábito si nuestra forma de vivir refleja esta continua aventura preguntona y cuestionadora.
La curiosidad es un tipo de inquietud
La curiosidad es un motor que nos lleva a investigar, a querer saber más, a tener ganas de saber. La curiosidad es un tipo de inquietud que conduce a la exploración, a la experimentación, a la descubierta, a la invención, a la imaginación. Por eso, para muchos la creatividad es la curiosidad aplicada. No existiría ciencia, arte, tecnología, filosofía, religión, inventos, descubiertas, innovaciones, emprendimientos, negocios, si no fuera por la curiosidad que caracteriza el ser humano.
En tiempos de inteligencia artificial y de máquinas que aprenden, la curiosidad es todavía más esencial para la experiencia humana en el mundo laboral, social y personal. Las máquinas todavía no son curiosas…
Por lo tanto, nos conviene cultivar la curiosidad como un hábito a ejercitarse diariamente.
La curiosidad como principio creativo
Un principio es un punto de partida, suele estar en el inicio de un acontecimiento o de algo que tendrá secuencia y/o consecuencia. Es decir, la curiosidad puede ser el primer paso para desarrollar nuestra capacidad creativa, algo fundamental para la experiencia humana. Un principio también puede ser una regla implícita o explicita que se debe seguir para lograr algún fin. Una manera de fomentar nuestra curiosidad es teniéndola presente en los inicios de los procesos y no estar solamente pendiente de los resultados. El desconocido despierta curiosidad. Pero, también es importante mantener una actitud de “inicio” frente a problemas complejos o delante de retos de la vida cotidiana. Tratar las cosas conocidas, de forma mecánica, no genera curiosidad. Por lo tanto, considerar la curiosidad como un principio creativo nos podría dar la pista fundamental para contestar a la pregunta que titula este texto.
Sigamos pensando en la curiosidad como principio y como hábito, aplicándola en situaciones concretas. Por ejemplo, cultivar el interés por todo lo que ocurre dentro y fuera de nosotros mismos. ¿Por qué las cosas son como son? ¿Qué pasaría si fueran de otra manera? Querer saber, querer entender, tener ganas de aprender son actitudes estimuladas por nuestra curiosidad. Por lo tanto, cultivar la curiosidad como hábito nos lleva a aprender mejor.
Veamos otro posible contexto. Los éxitos son resultados finales y son muy agradecidos de experimentar. Pero, el proceso cuenta con fracasos que generan curiosidad: ¿por qué fallamos? La curiosidad estimula y guía los nuevos intentos de acierto. Beckett decía “Fracasa. Inténtalo nuevamente. Fracasa mejor.” Sin la curiosidad no se puede fracasar mejor… (risas).
Después de leer este texto, ¿qué piensas? ¿La curiosidad es un hábito creativo?
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